jueves, 5 de febrero de 2009

Zapatos muy grandes...

...a ella le dolían en las entrañas todos los nos que se había tragado como píldoras. En su corazón un sí con zapatos demasiado grandes cantaba, mientras le caían encima las gotas de una oscura tormenta sin sentido...

Era tarde y...

...él cantaba a todo pulmón con los ojos cerrados, sentado en la banca de una exposición en plena avenida, ajeno al monstruoso ruido de la ciudad más grande del mundo...

¿Quién escribió las reglas, quién puede cambiarlas? ¿Contra quién he de elevar el dedo acusador? ¿A quién he de culpar por este desprecio? ...